Un grupo de 15 investigadores, integrado por biólogos,
bioquímicos, técnicos y médicos del Instituto de Investigaciones en Medicina
Traslacional (CONICET-Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad
Austral) y del Instituto de Ciencia y Tecnología César Milstein
(CONICET-Fundación Cassará) diseñaron un nuevo fármaco para tratar el dolor
crónico de origen neuropático e inflamatorio.
Para llevar adelante este desarrollo crearon
Immunalgia Therapeutics, una start-up biotecnológica a través de la cual
aspiran a llevar al mercado esta tecnología disruptiva. El equipo, liderado por
los Dres. Alejandro Montaner, Pablo Brumovsky, Marcelo Villar y el economista
Gustavo Álvarez, logró identificar una secuencia de ADN (llamada IMT504) que al
ser inyectada envía una alerta al sistema inmune para que el organismo elabore
una respuesta analgésica y anti-inflamatoria para restaurar el daño.
“Cuando hay ADN suelto en el organismo (ya sea por el
daño de una célula, ingreso de un virus, radiación, etc.) el sistema inmune
está preparado para responder a esa agresión. Lo que nosotros logramos, con
esta secuencia sintética de ADN que patentamos, fue imitar esa señal de daño y
potenciar la respuesta natural que cualquier paciente ya tiene programada en su
organismo. Es decir, son las células del propio paciente, y no el fármaco en
sí, las encargadas de resolver el problema”, sostuvo Alejandro Montaner,
director General y Project Manager de Immunalgia Therapeutics.
Etapa pre-clínica y clínica
El fármaco fue probado en modelos experimentales (fase
pre-clínica) y demostró efectividad para tratar el dolor crónico de origen
neuropático e inflamatorio.
En ambos casos, los ensayos pre-clínicos mostraron que
inclusive una sola dosis de IMT504 genera un efecto analgésico de entre 35 y 42
días de duración. La etapa siguiente, que ya fue aprobada por ANMAT, es probar
la seguridad del fármaco en voluntarios sanos, un proceso que se iniciará
durante el mes de noviembre y demandará 6 meses. “Lo que se evalúa en esta
etapa es cuál es la dosis más alta que se puede administrar sin causar efectos
adversos severos, y cuál es la farmacocinética y biodistribución de la
molécula”, destacó Brumovsky.
“De acuerdo a las estimaciones del mercado, se calcula
que de cada 10.000 proyectos concebidos en el laboratorio, sólo 10 llegan a
esta etapa Clínica (Fase 1), donde estamos hoy. Y de estos 10, sólo uno llega
al mercado”, detalló Montaner, demostrando el logro alcanzado con este
desarrollo.
La caracterización del nuevo fármaco “demandó una
inversión aproximada de 500 mil dólares en la fase inicial y pre-clínica, a la
que se le sumarán 350 mil dólares adicionales de distintas fuentes públicas y
privadas para el testeo clínico”, sostuvo el Lic. Alvarez.