Sumó a una
decena de dirigentes del interior al frente de administraciones locales que
fueron elegidos el año pasado como representantes de Juntos por el Cambio o por
la lista 3 del radicalismo.
Se trata de
10 jefes locales –seis intendentes y cuatro titulares de comunas– que se
impusieron en los últimos comicios. En la mayoría de los casos, enfrentaron a
candidatos del peronismo provincial.
Leopoldo
Grumpstrup, intendente de Pilar, de origen radical. Grumpstrup fue reelecto el
año pasado en la localidad del departamento Río Segundo a la cabeza de la
alianza Pilar Avanza.
Otro
correligionario que dio el salto al oficialismo provincial es Emiliano Paredes,
al frente de la Municipalidad de Tanti, en Punilla.
Lo propio
hizo Lucas Lerda, intendente de la Sebastián Elcano, en Río Seco. Al igual que
Germán Corazza, de Huerta Grande, que ganó los comicios en 2023 liderando la
propuesta de Juntos por el Cambio.
La decena de
flamantes incorporados la completan el intendente Francisco Iser, de General
Roca; José Mecchia, de Sacanta; Luis Ludueña, La Rinconada; Rodolfo Ganz,
Puesto de Castro; Diego Rojas, Santa Elena y Walter Ferreyra, Las Rabonas. En
todos estos casos se trata de intendentes y jefes comunales que ganaron sus
elecciones como candidatos de Juntos por el Cambio.
“Son
intendentes que han interpretado nuestra propuesta de gestión, que es amplia y
que no se fija en el color de partido político. Esta es una primera tanda, pero
habrá más”, aseguraron desde el Centro Cívico, para confirmar el pase al
oficialismo de los administradores locales.
Desde la
campaña a gobernador de 2023, Llaryora se trazó como objetivo político hacer
crecer lo que denomina el “partido cordobés”, una construcción política y
electoral que incluye a dirigentes del radicalismo, del PRO y del vecinalismo y
que tiene como columna vertebral al peronismo provincial.
El año
pasado, esa mirada frentista y de apertura tuvo como punta de lanza a la
radical Myrian Prunotto como compañera de fórmula para la gobernación, y en la
Capital a Javier Pretto –hasta el momento del pase presidente del PRO– como
dupla de fórmula junto con Daniel Passerini. El gobernador había dicho que
buscaría sumar dirigentes del interior a su proyecto. El pase de estos 10 jefes
municipales va en esa línea.
Con una foto
tomada a finales de la semana pasada en el Panal, en la que se sumaron los
legisladores departamentales por San Justo, Gustavo Tevez; por San Alberto,
Mariano Ceballos y por Río Seco Ramón Flores, Llaryora se mostró junto a los
recién incorporados al oficialismo. “Nos acompañan porque están pensando en la
gestión como nosotros. Están cansados de las peleas, quieren llevar soluciones
a sus localidades”, resaltaron desde el Centro Cívico, luego de una reunión.
La mayoría
de estos jefes municipales adhirió a la nueva ley de Seguridad y firmó el
“pacto educativo” que impulsa el mandatario provincial.
Desde que
Llaryora ganó los comicios provinciales el año pasado busca engordar las filas
del “partido cordobés”. Y hay especial atención por sumar dirigentes del
interior provincial. Fue fuera de la Capital cordobesa donde el peronismo
sufrió en las elecciones de 2023. De allí el esfuerzo por reforzar ese frente.
El ministro
de Gobierno y ex vicegobernador, Manuel Calvo, es una pieza clave del armado
que Llaryora buscará seguir ampliando. Calvo es por definición el funcionario
encargado del relacionamiento con los intendentes. En su estructura trabaja
también el radical Orlando Arduh, hoy secretario de Cooperación Institucional,
quien fuera –junto con Prunotto– de los primeros dirigentes radicales que se
sumaron al llaryorismo.
En el Centro
Cívico destacan el trabajo de Calvo y la articulación con Prunotto y Arduh para
sumar a este primer grupo de intendentes al oficialismo provincial.